En esta época del año, todos solemos tener más tiempo libre. Además, para muchos llega el ansiado momento de poder disfrutar al cien por cien de sus gustos y aficiones. Uno de ellos es la lectura. También es una buena ocasión para crear nuevos hábitos, puesto que nos es más sencillo encajarlos en nuestra rutina. Esto es especialmente importante en los niños. Por ello, en el post de hoy quiero compartir cuatro actividades de verano para animarles a que lean más. Con suerte, conseguiremos que mantengan este hábito el resto del año.
1. Actividades organizadas por bibliotecas
Los servicios públicos son conscientes de que, en esta época, los niños tienen más tiempo libre. Por este motivo, organizan actividades de verano adaptadas para ellos en las que pueden participar. Entre ellas, encontramos las más tradicionales (cuentacuentos, encuentros con el autor o coloquios), pero también hay algunas instituciones innovadoras. Entre sus actividades de verano incluyen juegos de escape e incluso clubs de lectura para los más pequeños de la casa.
Si tienes una biblioteca cerca, pregunta al personal qué actividades de verano tienen planeadas. Seguro que alguna puede encajar en tus planes.
2. Historias relacionadas con las vacaciones
¿Qué mejor forma de descubrir un destino de vacaciones que a través de un libro? Si tienes planeado hacer algún viaje en familia, puedes buscar una historia que esté ambientado en ese lugar. De este modo, podemos convencer a los niños de que la lean para conocer más a fondo el sitio al que van a ir.
Este tipo de actividades de verano pueden complementarse con otras actividades en familia, como las visitas turísticas. Todas ellas nos enriquecerán culturalmente y ayudarán a que aprendan de una forma diferente, casi sin darse cuenta.
3. Semanas temáticas
Algunos campamentos y centros de ocio ofrecen campamentos y otras actividades de verano ambientadas en una temática en concreto. Si tienes la oportunidad de que tus hijos asistan a uno de ellos, puedes aprovechar para seguir trabajando la lectura en casa. Piensa actividades relacionadas y prepara materiales que les inviten a conocer más sobre el tema o incluso a ampliar sus conocimientos con otros asuntos relacionados.
Este tipo de actividades requieren más implicación familiar, pero merecen la pena. Además, nos ayudan a pasar tiempo de calidad en familia, lo que refuerza nuestras relaciones interpersonales. Del mismo modo, crean un espacio cómodo para compartir impresiones con los niños.
4. Retos lectores
En ocasiones anteriores, ya os expliqué en mi blog qué son los retos lectores. ¿Qué mejor momento que el verano para comenzar uno? Podéis hacer una lista en familia adaptada al nivel lector de cada uno. En ella, incluid un número determinado de obras y, por supuesto, ¡una recompensa!
Por lo general, los niños son muy competitivos, así que ¿qué mejor forma de aprovechar esta cualidad que en su propio beneficio, para que aprendan? Esta clase de actividades de verano también son útiles para visitar librerías y bibliotecas en familias. Gracias a estas pequeñas salidas a comercios e instituciones públicas, los niños conocerán qué formas tienen de encontrar un libro que les guste.
Ahora que ya conoces algunas opciones de actividades para el verano que nos ayudarán a crear un hábito lector, ¿con cuáles te quedas? ¿Cuáles crees que son más útiles para ti y tu entorno? No dudes en ponerlas en práctica. Si consigues que los peques de la casa creen un hábito, ¡lo mantendrán durante el curso escolar y, quién sabe, durante toda su vida!