Septiembre siempre es el mes de los nuevos comienzos, de las rutinas y de los planes de crecimiento personal y profesional. Para empezar la semana, quiero compartir con todos vosotros tres hábitos saludables relacionados con la lectura. En ocasiones, tratamos de hacer grandes cambios en nuestra rutina y no nos damos cuenta de que lo más efectivo es ir poco a poco para acostumbrarnos y adaptarnos a todos nuestros proyectos.
1. Leer antes de ir a la cama
Por lo general, usamos el teléfono móvil antes de ir a dormir. Aunque estemos cansados, pasamos más tiempo del necesario frente a la pantalla de nuestros dispositivos, lo que afecta negativamente a los ritmos circadianos y a nuestra vista. Además, el contenido digital nos somete a estímulos que no permiten que nuestro cerebro descanse adecuadamente.
Por ello, uno de los hábitos saludables relacionados con la lectura más sencillos de implementar es leer antes de ir a dormir. Algunos días nos apetecerá estar media hora frente al libro y otros apenas aguantaremos unas páginas. Lo importante es concedernos un momento para nosotros mismos, para descubrir historias que nos encantan y para mejorar la calidad del sueño. Lo importante no será el tiempo, sino la calidad de la obra que nos acompañe.
2. Aprovechar la luz natural
Si seguimos velando por el bienestar de nuestro cuerpo, otro de los hábitos saludables más sencillos de implementar es aprovechar la luz natural. En ocasiones anteriores os hablé de cómo crear un rincón de lectura que, aunque estaba orientado a los más pequeños de la casa, también puede servir para adultos. A veces vemos la lectura como algo auxiliar, a lo que no damos prioridad, pero lo cierto es que puede aportarnos múltiples beneficios. Por ello, es esencial reservarle un momento durante el día.
Si quieres, hay otros hábitos saludables que se complementan muy bien con este: leer en espacios abiertos y naturales (parques o jardines), tomar un café sin prisa en tu bar favorito o incluso participar en clubes de lectura y otras actividades. ¡Hay un sinfín de posibilidades!
3. Cuidar la postura
A veces estamos tan insertos en la lectura que no nos damos cuenta de lo poco que estamos cuidando nuestra postura. Por lo general, tendemos a buscar un lugar cómodo en el que quedarnos largas horas acompañados de una historia maravillosa. Sin embargo, lo que a priori parece bueno, puede llegar a convertirse en nuestra peor pesadilla: un dolor agudo de cuello, espalda o brazos. Si optas por crear un rincón de lectura, asegúrate de buscar un asiento cómodo. Asimismo, puedes marcarte hitos que te hagan tomar consciencia de tu postura. Por ejemplo, cada cinco páginas puedes parar y recolocarte durante unos segundos, o tras cada capítulo.
¿No te parece que estos hábitos saludables son de lo más sencillo de aplicar? No te preocupes si el primer día no consigues llevarlos todos a cabo: lo importante es empezar e ir creando una rutina. Tampoco olvides dejar de lado toda clase de distracción: móvil, aparatos electrónicos, ruidos, etc. ¡Todo ayuda!