El día del amor y la amistad no puede celebrarse de otra forma en este blog: ¡con más y más literatura! Hoy os traigo otra historia independiente del universo Keswick por San Valentín, uno de los muchos relatos que, durante años, he tenido guardado en un cajón. He de admitir que es una historia más larga, pero si me seguís, sabéis que me encanta dejaros con la intriga. Espero que disfrutéis con ella tanto como yo escribiéndola. ¡Feliz San Valentín!
«Amaneció un día magnífico; el sol brillaba puro al salir y sus primeros rayos se colaban por la ventana del cuarto de Mercedes, iluminando el calendario que tenía pegado en la pared. Había un dardo clavado en la casilla del 14 de febrero.
8:00 a.m. El despertador sonó por segunda vez y Mercedes seguía sin querer levantarse. Un ruido agudo e irritante corrió de un extremo a otro de la casa. Eran los gritos de su madre, obligándole a cejar en su empeño de no querer comenzar el día. Se vistió gruñendo para sus adentros, se lavó los dientes con el ceño bien fruncido y apenas se miró en el espejo al peinarse. Estaba de muy mal humor; no le gustaba nada el día de los enamorados. Mercedes amaba la soledad porque en su seno daba rienda suelta a la imaginación: había construido un mundo fantástico donde siempre encontraba a su amor verdadero.
¡El amor! ¡Quién necesitaba enamorarse! Refunfuñó todo el camino hasta la librería que había cerca del colegio donde había dejado encargado un libro de biología.
La tienda estaba iluminada con una profusión asombrosa. El torrente de luz que se desprendía de los focos del escaparate chispeaba sobre un joven al otro lado del cristal.
Alzando su rostro impasible encontró a Javier y le pareció perfecto. Algo muy extraño se estaba tejiendo en su indomable corazón. Mercedes entró en la tienda y fue atendida enseguida. Los ojos vivaces de Javier se abrieron al oír la voz de Mercedes; también, sintió el pinchazo de la saeta del amor en su tierno corazón.
Presa de su imaginación empezó a ojear novelas de amor, hasta entonces prohibidas en su estantería. “¡Qué demonios estoy haciendo, por el amor de Dios! He aborrecido este tipo de novelas toda mi vida”, empezó a mascullar para sí misma. El dependiente alzó la voz (ya de por sí, bastante fuerte) dirigiéndose a ella:
—Señorita esta novela puede interesarle. Se titula Enamorarse es lo mejor que te puede pasar y, mire, también queda algo de… Necesito enamorarme desesperadamente. Toda la tienda torció la mirada hacia Mercedes, incluido Javier.
—Déjelo, no insista, creo que me llevaré este —contestó cogiendo el primero que estaba más próximo a su mano.
Mercedes no sabía dónde meterse y vomitaba para sus adentros tremendas injurias hacia el pobre dependiente.
—Muy buena elección, esta novela también se ha vendido mucho, en especial, hoy —dijo totalmente convencido de haber agradado a Mercedes— Romances y anhelos de un corazón enamorado— volvió a gritar el señor mientras se disponía a envolverlo.
Mercedes le lanzaba un montón de maldiciones silenciosas con sus ojos llenos de cólera.
—Hola —dijo Javier, apoyando en el mostrador, su novela de ficción.
—Hola —contestó Mercedes, y sus piernas empezaron a temblar.
Mercedes sacó su monedero, pero no consiguió abrirlo. Los nervios se habían apoderado de todo su ser. Cuando consiguió hacerlo, el impulso fue tan grande que las monedas terminaron desparramadas por la encimera.
—Aquí tienes unas cuantas más —dijo Javier ayudándole a recogerlas.
Los dos jóvenes salieron juntos de la tienda y entablaron una conversación, la primera de muchas más. El amor, el verdadero amor, llegó a Mercedes de la forma más inesperada, a pesar de sus vanos esfuerzos por no encontrarlo”.
¿Os habéis quedado con ganas de más? Estos días he estado muy activa en redes y os he dejado algunas sugerencias sobre qué regalar en este día del amor y la amistad. Como podéis imaginar, para mí siempre hay un regalo que supera al resto: un buen libro elegido desde el corazón.
Recordad que en fechas importantes, como Halloween o Navidad, siempre escribo historias cortas. La próxima llegará con motivo del Día del Libro, donde me encargaré de darle una nueva vida a san Jorge y al dragón. Si no queréis perdérosla, no os olvidéis de seguirme en Instagram y Facebook, además de suscribiros a mi newsletter. ¡Gracias, como siempre, por vuestro apoyo!