En el mundo de la lectura y de los libros, hay muchas manías y costumbres diferentes. Una de ellas es la de marcar un libro para destacar frases, ideas o pasajes que nos han llamado especialmente la atención. Aunque yo soy partidaria de conservar los libros en perfecto estado, también creo que hay que disfrutar al máximo de cada volumen. En ocasiones, esto último implica dejarlo un poco «diferente». Por este motivo, a continuación te hablo de cinco opciones para marcar un libro que te ayudarán a dejar tu huella entre las páginas.
1. Marcadores o post-it
Esta es, quizá, la forma más tradicional y menos invasiva de marcar un libro. Como puedes imaginar, esta técnica es muy sencilla: basta con que consigas unos marcadores que te gusten y, sobre todo, que tengan buena adherencia. De este modo, evitarás que se caigan, que se muevan o que se pierdan.
Si quieres ir un paso más allá, puedes complicar un poco esta técnica. Algunas opciones son, por ejemplo, utilizar diferentes colores de marcadores para cada personaje o para cada tipo de contenido (frases, momentos clave, conceptos interesantes, etc.). Este método también es interesante porque nos permite ubicar el contenido que nos ha llamado la atención con mucha más facilidad.
2. Subrayar
Otra forma sencilla de marcar un libro para encontrar los contenidos interesantes a simple vista es subrayar las diferentes frases o pasajes. Sin embargo, esta técnica también presenta múltiples inconvenientes, ya que no todos los papeles son aptos para aguantar ciertas tintas. Si vas a optar por subrayar una obra, te recomiendo que lo hagas con un lápiz o con pinturas de palo. De este modo, la intervención en el libro será mucho menos invasiva.
Del mismo modo, también puedes marcar el inicio y el fin de la frase o pasaje que te interese, por ejemplo. Tendrás localizado el pasaje, pero pintarás menos, así que el libro sufrirá también en menor medida. Para ello, basta con que hagas un paréntesis, un corchete o cualquier otro símbolo que te permita localizar aquello que ha llamado tu atención.
3. Doblar las esquinas
Seguro que más de una vez has visto un libro con las esquinas dobladas. Muchas personas lo hacen simplemente para marcar por dónde van, es decir, para sustituir la función de un marcapáginas tradicional. Sin embargo, otras usan esta técnica para destacar aquello que les llama la atención. Doblar las esquinas puede ser una buena alternativa siempre y cuando la obra no sea muy extensa o cuando no tengamos pensado marcar un libro en exceso.
Es esencial tener en cuenta que modificar la forma de las páginas aumenta ligeramente el tamaño del libro. Por lo tanto, si doblamos varias esquinas de forma sucesiva, podríamos dañar la estructura del volumen o incluso empeorar su estado de conservación con el paso del tiempo, ya que el papel tendrá más posibilidades de resquebrajarse.
4. Pásate al digital
Si has leído una obra que te ha gustado tanto como para querer recordar muchos de sus fragmentos, te recomiendo la opción de comprar su versión digital. Esta te ofrecerá múltiples ventajas:
- Tendrás la oportunidad de leer el libro en otro formato, lo que te hará volver a reflexionar sobre las distintas ideas o verlas desde una nueva perspectiva.
- Evitarás maltratar un volumen físico al que le tienes cariño.
- Podrás apoyar al autor o autora comprando el libro en formato digital, cuyo precio, normalmente, es mucho menor que el del libro en papel.
- Podrás compartir el volumen digital con otras personas, lo que te permitirá descubrir sus opiniones y perspectivas.
En caso de que optes por la versión digital, ten en cuenta qué formatos soporta tu lector electrónico o el dispositivo que utilices para leer. Como ya sabes, estos medios digitales ofrecen un sinfín de posibilidades: subrayado con colores, incorporación de imágenes, posibilidad de dibujar o de escribir notas a los márgenes…
5. Intervención exterior
Por último, también quiero hablaros de la intervención exterior a la hora de anotar un libro. Este quinto método requiere más tiempo y dedicación, pero también permite hacer una reflexión más profunda sobre nuestras lecturas. Como su propio nombre indica, no consiste en señalar el libro como tal, sino en buscar un medio externo que nos permita anotar todo aquello que nos gusta. En este caso, puede ser un cuaderno o un soporte digital, como un documento de un procesador de texto.
Elijas el soporte que elijas, podrás anotar el pasaje que te haya gustado y la página en la que se ubica, por ejemplo. Ten en cuenta que este método es también el más flexible, ya que puedes añadir comentarios personales sin tener un espacio reducido o limitado. Asimismo, también puedes dividir las citas según la temática y anotar aspectos relativos a diferentes obras en una misma libreta.
Y a ti, ¿qué opción es la que más te gusta? ¿Pones en práctica alguna de ellas? En ocasiones, marcar un libro puede ser una bonita forma de compartir nuestros pensamientos con otra persona. ¿Alguna vez te has planteado subrayar o comentar un volumen y pasárselo después a otra persona? ¡El resultado te sorprendería!