A veces, cuando vamos a una librería, buscamos un volumen en concreto. Llevamos una idea predeterminada porque queremos adentrarnos en una historia en particular. Sin embargo, quienes amamos la lectura pasamos largas horas paseando por nuestras librerías de confianza y, en ocasiones, encontramos un libro que no estábamos buscando. Nos llama la atención y ya no hay vuelta atrás. Si te ha ocurrido, sabes de lo que te hablo. Hay diferentes tipos de encuadernación que ayudan a captar al lector, pero también cumplen otras funciones. ¿Las conoces? Te cuento todos los detalles sobre los tipos de encuadernación en este post.
¿Qué es una encuadernación?
Aunque es posible que lo sepas, una encuadernación es la estructura que protege el interior del libro. Está hecha con diferentes materiales y la calidad o la naturaleza de estos puede incrementar el precio de cada ejemplar. En la actualidad hay diferentes tipos de encuadernación: unos son más comerciales y otros se reservan para volúmenes especiales, ediciones inéditas o incluso para restauraciones de libros.
Encuadernación en rústica
Este es uno de los tipos de encuadernación más frecuentes. Se conoce también como encuadernación en tapa blanda y es la que presentan muchos de los volúmenes del mercado. Para acabarla, hay diferentes me´todos: la rústica pegada o el cosido con hilo. En el primer tipo, las hojas se pegan entre sí por uno de sus filos y, a posteriori, se encola la cubierta. En el segundo, las hojas se cosen.
Encuadernación en tapa dura
También llamada «encuadernación en cartoné», se caracteriza por tener unas cubiertas de cartón. Sobre ellas puede imprimirse directamente el diseño del libro o, por el contrario, llevar una sobrecubierta de papel satinado o mate con un diseño más llamativo. Por lo general, el precio es ligeramente superior que el de la tapa rústica o blanda.
Encuadernación holandesa
Muy similar a la encuadernación en tapa dura, la holandesa utiliza diferentes materiales para su confección. Por este motivo, el cartón u otros materiales resistentes se combinan con otros más flexibles, como la tela, en las zonas por las que el libro debe plegarse, como el lomo. Ofrece una mayor resistencia y evita el deterioro en las zonas más móviles.
Encuadernación en piel
Este tipo de encuadernaciones ya están en desuso, pero seguro que alguna vez has visto algún libro protegido de este modo. Para crearla, se utiliza piel de vacuno, cabra u otro animal previamente tratada con productos químicos. Por lo general, se reserva para ejemplares de mayor calidad y más exclusivos, y no es tan comercial como el resto. También puede llevar decoraciones.
Encuadernación con tela
Seguro que alguna vez has visto un volumen encuadernado de esta forma. Para hacerla, primero hay que tener una encuadernación en cartoné o tapa dura y, posteriormente, se cubrirá el material duro elegido con una tela impresa (donde aparecerá el título, el autor y otros datos elegidos por la editorial, como la colección o su logo). Ofrece un acabado de gran calidad con un toque elegante.
¡Y estos son los cinco tipos de encuadernación más utilizados en la actualidad! Aunque hay muchos otros y el sector editorial está en continuo cambio, gracias a esta breve guía podrás conocer el mundo de los libros un poco más. Para la publicación de los dos libros que componen el universo Keswick, elegí una tapa blanda. Sabía que los niños los tendrían entre sus manos mucho tiempo, ¡y también es importante pensar en el público para tomar esta decisión!