Mozart
«Os diré que soy uno de los tres Genios que existen en el mundo y, por supuesto, yo soy el mejor de todos, no es por presumir», Keswick y el árbol de la vida
Wolfgang Amadeus Mozart fue un compositor austriaco, quizá uno de los más destacados de la historia de la humanidad. Descendiente de una familia de músicos, compuso más de seiscientas obras pertenecientes a la música sinfónica, de cámara, destinada a conciertos e incluso óperas. Ya desde niño mostró ser un prodigio de este arte y fue en parte su temprana muerte lo que le llevó a convertirse en un símbolo de la música clásica.
Durante todo el proceso de creación de mi segunda novela juvenil, Keswick y el destino de la espada, escuché música de Mozart que me inspiró a seguir creando, por lo que este personaje ocupa un lugar muy especial en mi obra. Su genialidad la veo reflejada en el genio de la lámpara, una ayuda imprescindible para los jóvenes durante su aventura. Como él bien explica en su presentación en Keswick y el árbol de la vida, es uno de los tres genios que existen en todo el mundo mágico de Keswick. La genialidad del clásico compositor y su vinculación con la lámpara tienen sentido si entendemos el rol que tuvo en Hamelin y las partituras mágicas. Sin embargo, no conservará su naturaleza mágica durante toda la historia, pero dará paso a otros valores como la amistad y el ingenio que sorprenderán al lector y que le harán reconectar con las características del genio musical.