La rendición de Breda

Breda

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La rendición de Breda es un cuadro pintado por Diego Velázquez entre 1634 y 1635. También recibe el nombre de Las lanzas porque en esta obra se representa un episodio de la guerra de los ochenta años en el que los Países Bajos luchaban por independizarse de España. Breda, por tanto, es una ciudad situada en este primer país donde tuvieron lugar diferentes hechos históricos que marcaron el destino de ambos bandos. Actualmente se conserva en el Museo del Prado, en Madrid, y puede visitarse. Forma parte de un conjunto de once cuadros que fueron pintados para decorar el Salón de los Reinos del Palacio del Retiro, por lo que convivió con grandes obras de Carducho, Maíno o Pereda.

En Keswick y el destino de la espada, mi segunda novela juvenil, este cuadro titula uno de los últimos capítulos. Además, el puente de Breda es un lugar especial, pues atraviesa todos los reinos y permite que los cuatro monarcas estén en continua comunicación. Antaño, fue construido en piedra blanca y tiene múltiples arcos que lo mantienen en pie. Sin embargo, su aspecto cambia según el reino que atraviese. Tiene un papel esencial en la conclusión de la obra que establece un paralelismo con el acontecimiento histórico del sitio de Breda, ocurrido en 1625.